Por jugar, 4 niños entran en la noche a una casona abandonada y la bautizan bajo el nombre de "Castillo Negro" en ese mismo instante, el tiempo parece detenerse: Ven muebles resecos, un piano blanco un perro enorme y al fondo de una larga habitación, una silla.
Pero también esta la abuela, una muñeca anciana. Cuando la acción ya se ha desencadenado, aparece Melisa, la niña de rostro redondo, pálido como la luna. La aventura entonces cambia y mientras la persistente lluvia de arena cae sobre el pueblo, los cuatro niños viven un juego del cual no imaginaran las consecuencias
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